El sector del pop español ha sido, por muchos años, una fuerza impulsora tanto a nivel cultural como económico, con historias intrigantes sobre acuerdos multimillonarios y tácticas comerciales que han catapultado a numerosos artistas destacados del país. Un elemento esencial en esta narrativa es Manolo Díaz, un precursor del rock en España, quien no solo contribuyó significativamente a la creación de la música popular, sino que también fue un destacado ejecutivo en multinacionales como CBS y EMI, desempeñando un papel vital en el establecimiento de artistas internacionales en el mercado español.
En la década de los 60, España experimentaba una modernización controlada, donde el régimen aún mantenía un fuerte control sobre el poder, aunque empezaban a abrirse pequeñas brechas para la llegada de nuevos productos culturales. Durante este periodo, Manolo Díaz fue clave en la formación de grupos como Los Bravos, quienes surgieron como la respuesta española a las grandes bandas internacionales como los Beatles o los Rolling Stones. Con su éxito «Black is Black», Los Bravos se convirtieron en el primer fenómeno internacional de ventas de España. Este triunfo fue fruto de una operación comercial cuidadosamente planificada, que incluyó negociaciones con emisoras influyentes como Radio Caroline y una efectiva estrategia de marketing. «Black is Black» no solo se adueñó de España, sino que alcanzó el top 3 en las listas de Estados Unidos, un logro impresionante para un grupo español en los años 60.
La repercusión de Manolo Díaz no se circunscribió solo a la producción musical. Como director de desarrollo artístico en CBS, Díaz desempeñó un rol crucial en la internacionalización de cantantes como Julio Iglesias. Iglesias, quien ganó gran popularidad en Europa gracias a la labor de Díaz, se benefició enormemente de su capacidad para posicionarlo en destacados programas de radio y televisión en lugares como Francia e Italia. La relación entre ambos se tornó cercana, desarrollándose en una amistad que se mantuvo firme, incluso a pesar de la distancia. Además, Díaz tuvo un papel esencial en la negociación del contrato de Enrique Iglesias con Universal Music, lo que permitió al hijo de Julio Iglesias alcanzar notoriedad a nivel mundial.
El auge de Manolo Díaz se produjo en los años 80 cuando tomó la presidencia de CBS en España. No obstante, este fue también un tiempo de grandes retos para él, ya que la industria musical estaba sufriendo una transformación significativa, influenciada por la competencia de nuevas multinacionales y un mercado cada vez más globalizado. La rivalidad con BMG, que adquirió a algunos de los artistas más relevantes de su repertorio, señaló el fin de una era. La partida de talentos como Mecano, Joaquín Sabina y Miguel Bosé de CBS, tras las tensiones con la competencia, fue uno de los episodios más destacados de este periodo y ejemplifica claramente cómo los intereses comerciales pueden alterar el rumbo de una carrera musical.
El apogeo de Manolo Díaz llegó en la década de los 80 cuando asumió la presidencia de CBS en España. Sin embargo, este fue también un período de grandes desafíos para él, pues la industria musical experimentaba una transformación profunda, marcada por la competencia de nuevas multinacionales y un mercado cada vez más globalizado. La oposición de BMG, que adquirió algunos de los artistas más populares de su catálogo, marcó el final de una era. La salida de figuras como Mecano, Joaquín Sabina y Miguel Bosé de CBS, tras las hostilidades de la competencia, fue uno de los episodios más significativos de este periodo y un claro ejemplo de cómo los intereses comerciales pueden modificar el curso de una carrera musical.
El libro que relata la vida de Manolo Díaz, escrito por su sobrina Belén Carreño, no solo ofrece un vistazo a su carrera, sino también a los entresijos de la industria musical española, desvelando nombres, cifras y episodios que habitualmente permanecen en las sombras. Este relato destaca el trabajo de una de las figuras más influyentes en el desarrollo del pop en España, cuyo legado sigue siendo fundamental para entender el ascenso de la música española en el ámbito internacional.
El impacto de Manolo Díaz y su visión empresarial no solo se refleja en los éxitos de los artistas que ayudó a lanzar, sino también en las transformaciones estructurales de la industria musical española, que, gracias a su intervención, fue capaz de competir con los grandes mercados internacionales. El relato de Díaz es una historia de ambición, conflicto y visión, elementos que definieron el panorama musical español durante varias décadas.